IGUALDAD HOMBRE-ANIMAL

Claves para entender por qué el animalismo puede ser un problema

Se está denigrando tanto la dignidad humana que urge rescatarla, conocerla, admirarla y volver a elevarla a donde quiso Dios que estuviera. El animalismo no eleva de categoría a los animales, sino que denigra al hombre. La vida de una persona no vale lo mismo que la vida de un animal, y esto debemos transmitírselo adecuadamente a nuestros hijos ¿Cómo? En primer lugar, teniendo los padres las ideas claras.

La Sagrada Escritura dice: «Dios creó el hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó» (Gn 1,27). Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien, capaz de conocerse, de poseerse, de entregarse libremente y de entrar en comunión con otras personas. (Mensaje de Su Santidad
Benedicto XVI para la celebración de la XL Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2007)

La entrevista completa realizada al filósofo Miguel Ángel Quintana Paz sobre por qué el animalismo puede ser un problema, dura 12 minutos y la podemos ver en https://youtu.be/5ahLiCC4XBc, pero en este post de Red de Padres vamos a sintetizar las ideas principales que hemos sacado:

  • Es un error pensar que si no eres animalista es porque desprecias a los animales.
  • Los seres humanos somos los encargados de cuidar de los animales y esto nos eleva. Si somos responsables de los animales es porque tenemos una responsabilidad que ellos no tienen.
  • Los seres humanos tenemos la responsabilidad de no maltratar a los animales, de no hacerlos sufrir innecesariamente, pero esto no significa que el sufrimiento o la muerte sea algo carente de sentido. Por ejemplo, la ganadería tiene el sentido de alimentarnos y, por lo tanto, en ese caso matar al animal da cumplimiento a su función.
  • Poner a un animal en su lugar es precisamente demostrarle el mayor respeto.
  • Equiparar al ser humano con los animales tiene un fundamento emotivista, sensible e incluso sensiblero. Pero esos sentimientos sólo se producen con animales que se parecen a peluches que teníamos de pequeños o a los de las películas de Walt Disney, no pasa, por ejemplo, con las moscas o las ratas.
  • Hay que volver a comprender, como sabían los clásicos, Platón y Aristóteles, que el sentimiento es una ayuda, pero no puede protagonizar nunca nuestras ideas sobre el bien y el mal.
  • Un riesgo de equiparar seres humanos y animales es que no sea hacia arriba, sino que degrade al hombre.
  • Hay que restituir los principios que abogan por un cuidado de los animales, pero sin olvidar que los cuidamos los seres humanos.

Y concluimos este post alertando que el peligro del animalismo no es sólo que acabe, por ejemplo, con los toros o la caza por razones ecológicas, éticas o filosóficas bien fundadas, sino que pretenda deconstruir la cultura, poniendo en grave riesgo los valores cristianos sobre los que se ha construido occidente. Los padres tenemos que ser capaces de percibir estos peligros y proteger a nuestros hijos.