Educar los sentidos

Reflexión sobre la importancia que tiene educar los sentidos en lo bello.

El modo en que percibimos y nos relacionamos con nuestro entorno se concreta en nuestros sentidos. Es a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto como físicamente recibimos y enviamos “información” al mundo.

Sin embargo, nuestros sentidos están abiertos a percibir prácticamente “todo” lo que nos rodea, y eso incluye tanto lo bueno (bello) como lo no tan bueno (menos bello) de la vida. A través de la vista podemos retener magníficos paisajes, la sonrisa de nuestros hijos, la inmensidad de la naturaleza, disfrutar de grandes películas, pero al mismo tiempo también podemos ver la violencia de la guerra, la obscenidad de la pornografía… Con nuestros oídos podemos escuchar canciones con una letra cargada de sensibilidad y profundidad, grandes obras de música clásica, pero también podemos escuchar letras cargadas de agresividad, desprecio, violencia, obscenidad… Es decir, que nuestros sentidos, en principio, están abiertos a percibirlo “todo”.

Y el problema radica en que hoy en día podemos considerar como “admisible” gran parte de lo que percibimos por nuestros sentidos… Hemos rebajado el umbral de lo que consideramos como “normal” o incluso bello. Así, vemos películas o series con un alto grado de contenido sexual, violento, e incluso vulgar, y las consideramos como “normales”. Lo mismo nos puede pasar con la música que escuchamos (muchas veces tarareamos letras de canciones sin pararnos a analizar lo que realmente dice la propia letra de la canción), los libros que leemos… Y esto crea en nosotros un poso, dañando nuestra sensibilidad y tocando nuestro corazón. Y de lo que tenemos en el corazón es de lo que luego hablará nuestra boca. Si damos por válido o normal un determinado lenguaje utilizado en las películas que vemos o en las canciones que escuchamos, muy probablemente acabaremos incorporando dicho lenguaje a nuestro día a día… y nuestros hijos también. Si damos por válidos muchos de los mensajes que percibimos en las películas y series que vemos (tanto desde el punto de vista de la ideología de género, del ámbito de la moral, etc.) o en los libros que leemos, muy probablemente acabemos por considerar dichos mensajes como válidos… y nuestros hijos también.

Por eso hoy nos gustaría reflexionar en torno a la importancia que tiene educar nuestros sentidos en lo bello. No es algo evidente ni fácil, porque requiere que realmente seamos conscientes (ahora que está tan de moda el “mindfulness”) de qué es lo que percibimos a través de nuestros sentidos (qué vemos, qué leemos, qué escuchamos, etc.) y que realmente nos planteemos dónde está la belleza en todo ello. Porque no toda la música es igual, porque no todas las películas son iguales, porque no todos los libros son iguales… porque no todo es igualmente bello.

Y los primeros que tenemos que educar nuestros sentidos y orientarlos hacia lo bello somos los padres, para que podamos después ayudar a nuestros hijos, en nuestra vida familiar diaria, a crecer en un entorno en el que, aunque sus sentidos estén abiertos a percibirlo “todo”, sepan identificar donde hay belleza y dónde no la hay. De ahí la importancia de educar los sentidos, tarea dinámica y continua, que no permite descanso, menos en un mundo como el actual con el constante bombardeo “sensorial” al que nos vemos sometidos. Pero no deja de ser una tarea apasionante a la que, como padres y madres todos nosotros estamos llamados.

Os invitamos a reflexionar acerca de las canciones, películas y libros que leen nuestros hijos. ¿Somos conscientes de la música que escuchan y de las películas o series que ven? ¿Comentamos con ellos aquellos aspectos de nuestra vida, aquellas cosas que llaman nuestra atención por la belleza que encierran, y aquellas que nos causan rechazo precisamente por no albergar belleza alguna?

Recomendaciones

En la página web “caminodeemaus.net” se recogen 20 películas sobre la belleza, alguna de las cuales puede ser vista con niños, aunque otras pueden ser más complejas o “lentas”. En todo caso, es una lista a tener en cuenta (https://www.caminodeemaus.net/listas/peliculas-sobre-belleza/).

La película “La Vida es Bella” de Roberto Benigni es un canto a la belleza de la propia vida, donde se contrapone aquello que no es bello y la actitud de un padre que quiere potenciar en su hijo una visión bella de la vida.

Benedicto XVI escribió un libro “La belleza cristiana” (https://www.popularlibros.com/libro/la-belleza-cristiana_194323), que podría ser una buena recomendación de lectura para los padres, entendiendo el concepto de belleza desde el foco profundo de la fe.

Otro libro que podemos recomendar es “A Dios por la belleza” (https://edicionesencuentro.com/libro/a-dios-por-la-belleza/), escrito por Eduardo Camino, editorial encuentro.