El 1 de noviembre, la Iglesia celebra el Día de Todos los Santos, una festividad que nos invita a recordar y honrar a todos aquellos hombres, mujeres y niños que, a lo largo de la historia, vivieron su fe con valentía y entrega, alcanzando la santidad. Es un día para celebrar la vida y la victoria de quienes ya gozan de la presencia de Dios. Esta fiesta nos recuerda que la santidad no es una meta inalcanzable, sino una llamada a la que todos estamos invitados, un camino que podemos recorrer con la ayuda de los santos.
La celebración de Todos los Santos nos invita a mirar más allá de la apariencia de la muerte, hacia la vida eterna. Nos anima a mirar hacia el cielo, a poner nuestra esperanza en la vida eterna y a seguir el ejemplo de quienes vivieron plenamente su fe.
El origen de la fiesta de Todos los Santos
La celebración de Todos los Santos tiene sus raíces en los primeros siglos del cristianismo. Originalmente, se conmemoraba el 13 de mayo, pero el Papa Gregorio III (690-741) la trasladó al 1 de noviembre, coincidiendo con la dedicación de la Capilla de Todos los Santos en la Basílica de San Pedro en Roma. Más adelante, en el siglo IX, el Papa Gregorio IV ordenó que esta fiesta se celebrara en toda la Iglesia, ofreciendo a los cristianos un día para recordar y honrar a todos aquellos que, conocidos y desconocidos, alcanzaron la gloria del cielo.
Esta celebración cristiana también fue una respuesta a las antiguas tradiciones paganas que tenían lugar alrededor de esta fecha, como el festival celta de «Samhain», una festividad que celebraba la muerte. Sin embargo, la Iglesia quiso darle un sentido nuevo, recordando que la muerte no es el final, sino el paso hacia la vida eterna en Dios.
Modelos e intercesores para nuestras vidas
Los santos no solo nos inspiran con sus vidas ejemplares, sino que también son nuestros intercesores. Ellos son nuestra guía hacia la santidad, hacia Dios, al presentarnos ante el Señor y pedir por nuestras necesidades. Es por eso que este día es una oportunidad para conocer más sobre la vida de los santos, compartir sus historias en familia y rezar juntos, pidiendo su intercesión para nuestras vidas.
Un llamado a vivir la santidad hoy
La fiesta de Todos los Santos es un recordatorio de que todos estamos llamados a ser santos. No es una meta reservada para unos pocos, sino una vocación universal. Nos recuerda que la santidad se vive en lo cotidiano, en el amor hacia los demás, en el servicio desinteresado y en la búsqueda constante de Dios en nuestras vidas.
Fuentes:
https://www.escueladelafe.net/post/holywins-fiestadetodoslossantos