La Sociedad Europea de Psiquiatría Infantil y Adolescente (ESCAP, por sus siglas en inglés) acaba de publicar una declaración sobre la atención a menores y adolescentes con disforia de género (“una necesidad urgente de salvaguardar los estándares clínicos, científicos y éticos”), pidiendo a los proveedores de atención médica «no promover tratamientos experimentales e innecesariamente invasivos con efectos psicosociales no probados y, por lo tanto, adherirse al principio «primum non nocere» (primero, no hacer daño).
La ESCAP señaló la «poca confiabilidad e inestabilidad de un diagnóstico de disforia de género en un menor específico a lo largo del tiempo» y los «posibles efectos de las decisiones de bloquear la pubertad o evitar la transición médica en el desarrollo psicosocial de un menor».
El Presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Dr. Manuel Martínez-Sellés, ha publicado el siguiente editorial en la revista de médicos, de fácil lectura, que aclara muchas dudas al respecto.
Recuerda los principios éticos básicos, ubicándolos en el contexto de los tratamientos para la disforia de género en los jóvenes:
- El principio de no maleficencia: no utilizar fuera del entorno de investigación ninguna intervención experimental con efectos potencialmente irreversibles o intervenciones con consecuencias desconocidas a largo plazo; no adoptar nuevas prácticas prematuramente sin pruebas suficientes.
- El principio de beneficencia: garantizar un diagnóstico y tratamiento adecuados de los trastornos psiquiátricos coexistentes y evaluación diagnóstica integral de la disforia de género en lugar de confiar únicamente en la autoevaluación de menores y adolescentes.
- El principio de autonomía: adoptar un proceso de consentimiento informado adecuado para decisiones posiblemente irreversibles y de por vida, asegurando que menores y adolescentes comprendan plenamente los riesgos potenciales y considerar los derechos de sus padres a dar su consentimiento a cualquier intervención importante, ofrecer apoyo y recursos adecuados a quienes decidan realizar la destransición al sexo de nacimiento, y respetar su decisión de hacerlo.
- El principio de justicia: garantizar el acceso a información durante la transición o destransición y proteger los derechos de menores como grupo en una fase de desarrollo particularmente vulnerable.
Actualmente se puede acceder gratuitamente al contenido de la declaración en el siguiente enlace.