La eliminación del género en las personas, en los tiempos actuales, también es potenciada desde las pasarelas de moda y desde parte de la industria.
Más allá de lo que se puede considerar una tendencia, que en muchos momentos de la historia se ha dado (como la masculinización de la mujer en la moda) se persigue en estos tiempos contribuir desde la moda a la eliminación de toda caracterización por género de las personas.
Cada vez son más tendentes las imágenes icónicas de hombres absolutamente feminizados en su aspecto exterior e interior, y de mujeres con rasgos e indumentaria exageradamente masculinos.
Es más, se puede llegar a afirmar que se generan iconos de belleza, o estereotipos de la misma, basados en lo que la moda decide que debe ser la belleza.
Hasta aquí realmente, no hay mucho nuevo, se han podido escribir ríos de tinta advirtiendo sobre las consecuencias de los influjos de la moda en las personas, especialmente en los más vulnerables como son los adolescentes que pretenden orientar su vida, sus hábitos, su cuerpo, a lo que la moda marca, para pretendiendo encontrar el éxito, encontrar en la mayoría de las veces un vacío posterior.
Lo que sí queremos resaltar en este post, además de lo anterior (es decir, de dicha capacidad de la moda de condicionar a los más jóvenes), es suscitar una reflexión como padres de sí esa tendencia “GenderLess” de la moda, es una tendencia más, revolucionaria como siempre ha sido la moda, o si verdaderamente parte de la Industria está al servicio de la cultura imperante tendente a eliminar el género de las personas, bajo apariencia de abrazar un mundo mejor, más inclusivo más diverso, más sostenible, más igualitario, más etc…
La reflexión que pretendemos suscitar es precisamente esa, la de estar alertas sobre cómo la moda (a la que nuestros hijos están extremadamente expuestos) puede ser un instrumento más de contribuir a implantar toda una ideología del género, en la que se pueden ver atrapados. Atrapados en diversos sentidos: desde idealizar un concepto de belleza de una manera sesgada, hasta aparentar ser lo que nunca podrán ser, y en definitiva un granito de arena más, que puede contribuir a la pérdida de la identidad personal.
A la hora de realizar este post, investigando por la web, lo primero que constata uno es que esta tendencia de la moda es considerada un éxito rotundo y absoluto, siendo una consideración generalizada, que en un mundo cada vez más inclusivo y diverso, la moda sigue siendo un poderoso vehículo de cambio social y cultural, creando colecciones que no distinguen entre géneros, promoviendo una moda más inclusiva y accesible.
Es necesario aclarar, llegados a este punto, que este post, no es en contra de la moda, ni generalizable a todo el que de alguna manera “genera tendencia”, o a todas las personas o dedicadas a la industria de la moda, que son muchas las que están haciéndolo muy bien. Incluso hay que reconocer que en la mayoría de las ocasiones la moda es sinónimo de belleza, elegancia, respeto de uno mismo y del otro, y otros muchos valores que son muy respetables y deseables.
No se pretende además indicar a nadie cómo tiene que vestir, es simplemente una alerta para estar atentos y constatar que mucha parte de la industria de la moda está utilizando un vehículo tan potente como la moda para promover toda una cultura e ideología de género.
Siempre como padres de adolescentes o jóvenes ya, hemos tenido la preocupación porque nuestros hijos no imiten algunos de los patrones de la moda, por promoción de los cuerpos extremadamente delgados (y el consiguiente riesgo del fomento de la anorexia) o por promoción de estilos extremadamente provocadores, o arriesgados en cuanto a exhibición del cuerpo, o simplemente esclavizantes desde el punto de vista de la necesidad de seguir unos criterios impuestos.
Pues bien, ahora a todas esas preocupaciones tradicionalmente asociadas a la moda, hemos de añadir el factor de riesgo del mensaje inequívoco al que parte de la industria se ha querido sumar: “Da igual si eres chico o chica, tú no tienes que ceñirte a ningún rol de ningún género y puedes vestir como te dé la gana”. Analizado el mensaje, puede ser hasta positivizado y pudiera pensarse que es un mensaje adecuado, si bien es posible que el mensaje lo que encierra es más bien: “Tú no tienes por qué definirte como chico o chica, ni limitarte a interpretar un papel masculino o femenino, tú eres lo que en cada momento quieras ser, y aquí estamos nosotros no sólo para apoyarte, sin para decirte que es mucho mejor ser así.”
Estemos atentos a nuestros hijos, enseñémosles que hay otra moda, que hay una manera de vestir y de comportarse que favorece a la persona y que saca lo mejor de sí misma. Que nuestros jóvenes tienen que ser efectivamente libres a la hora de poder elegir, pero libres de verdad.